La empresa de videojuegos Delirium Studios tuvo que cerrar sus puertas debido a «una acumulación de errores a lo largo de su aprendizaje». Así lo ha explicado su director creativo y cofundador, Arturo Monedero, durante una entrevista al programa Graffiti de Radio Euskadi. «Empezamos sin saber hacer videojuegos y sin saber crear una empresa», asegura el actual vicepresidente de la Asociación Española de Videojuegos AEVI. «Eramos unos emprendedores un poco locos y fuimos aprendiendo a base de tortas».
Fundada en 2007, el equipo bilbaíno publicó un total de siete videojuegos (Kinito Ninja, Conquistador, Don Celes, Kinito Music Puzzle, Los Ríos de Alice, Los Delirios de Von Sottendorff y su mente cuadriculada, y Unforgiven VR) obteniendo éxitos de critica y público. «Llegó un punto en el que estábamos escalando las producciones. Los juegos eran cada vez más grandes», detalla Monedero. En concreto, durante la creación de Los Delirios de Von Sottendorff llegaron a acumular 42 trabajadores durante las distintas fases del desarrollo. «Eso significaba un presupuesto que rondaba entre los 350.000 y los 400.000 euros y, ahí, cometer un error, te hunde».
El cofundador de Delirium Studios bien lo sabe. Pese a que Los Delirios de Von Sottendorff para Nintendo 3DS contó con buenas críticas por parte de la prensa especializada «no acertamos con el público al que iba dirigido». A esto hay que sumar que su publicación se realizó en una plataforma que, en ese momento, se encontraba en la fase final de su vida comercial.
El agujero económico que supuso la aventura del barón Von Sottendorff generó un abismo insalvable para los bilbaínos. «Los siguientes juegos que intentamos sacar adelante no nos dieron el rédito suficiente como para poder levantar la empresa«. Ni siquiera el premio al Mejor videojuego vasco por Unforgiven VR, que apostaba por llevar el entretenimiento al emergente sector de la realidad virtual, generó el empuje necesario. Aún así, la mala situación de la empresa no hizo que cejaran en su empeño por continuar creando videojuegos, esta vez, con un nuevo proyecto «más ambicioso, pero también más caro». «No conseguimos la confianza de los inversores extranjeros como para arriesgarse a entrar al proyecto, así que cerramos la persiana», sentencia el bilbaíno.
Desde entonces, Arturo Monedero compagina su labor como vicepresidente de AEVI con la docencia en Creanavarra. No obstante, ante los micrófonos de Radio Euskadi ha adelantado que ya se encuentra dando los pasos necesarios para «comenzar desde cero una nueva aventura» con su antiguo socio y «un pequeño equipo». Hasta que el proyecto termine por aterrizar, el director creativo bilbaíno continúa participando en la creación de videojuegos en colaboración con «compañeros de la industria española».
«Estoy experimentando, disfrutando y haciendo cosas raras que el día a día de una empresa no te deja». Es en esta línea donde enmarca su último proyecto The longest road on Earth, un título premiado en la novena edición del Fun & Serious Game Festival y que ha conseguido financiarse a través de crowdfunding. «Queremos contar una historia a través de la rutina, rompiendo las fronteras y los planteamientos que hasta ahora no se habían visto, con una carga visual muy fuerte en pixel-art, muy retro, y con una banda sonora espectacular», ha explicado.

Fuga de dinero y propiedades intelectuales
Preguntado por la situación del videojuego en España, el vicepresidente de AEVI, Arturo Monedero, ha renegado del manido discurso sobre que los videojuegos en España facturan más que el cine y la música juntos. «Ese dinero y las propiedades intelectuales no se quedan aquí», ha sentenciado. «La cruda realidad –continúa– es que es muy complicado sobrevivir en esta industria», y achaca el problema a la «falta de visibilidad». Se estiman unas 400 micro empresas independientes de videojuegos con una vida empresarial que no supera los 3 años.
La falta de financiación privada y la necesidad de la figura de un publisher nacional «que publique los juegos de aquí y los beneficios que se generen se inviertan en la industria de aquí», también son otros de aspectos a trabajar para lograr una industria fuerte y consolidada.
En esa labor está ahora Monedero; planteando «cosas distintas» a las Administraciones «con un discurso diferente a las grandes compañías, porque hemos vivido en nuestras propias carnes los problemas a los que se enfrenta a diario los estudios españoles de videojuegos». En este sentido, considera que es importante conocer de primera mano los problemas de los estudios y convertir a AEVI en «un altavoz claro y directo» con las instituciones. «Muchas veces no cambian las cosas por desconocimiento, no por voluntad».
Euskadi va bien
En cuanto al País Vasco, el Arturo Monedero considera que la situación del sector «va bien», especialmente por posicionamiento de las empresas de videojuegos que han apostado por la Industria 4.0 y los denominados serious games. «Euskadi se está asentando muy bien en este ámbito». Sin embargo, cree que la situación del subsector de entretenimiento es «muy replicable» a lo que ocurre a nivel estatal. «Hace unos cuantos años hubo un boom de empresas de entretenimiento. Ahora quedan menos, pero están haciendo cosas muy chulas», reconoce.
Por último, el bilbaíno confía en que los «ingredientes» que actualmente tiene el sector en Euskadi permitan fortalecer el ecosistema a través de la consolidación de empresas, ayudados por los centros formativos, las lanzaderas de empresas y la visibilidad internacional que ofrecen eventos vascos como el Fun & Serious Game Festival.