‘Hundra’, así se llama uno de los primeros videojuegos para Spectrum desarrollado en Euskadi. Se trata de un título del género de plataformas publicado en el año 1988 para el clásico ZX Spectrum 48k, un ordenador reconocible por sus teclas de goma y porque los programas se cargaban a través de una cinta de casete.
Hace más de un cuarto de siglo, los donostiarras Ricardo Puerto y Raúl López comenzaron a escribir las primeras páginas de la historia del videojuego vasco. Ambos vivían en Alza, un barrio de San Sebastián colindante con la localidad portuaria de Pasajes. Sin embargo, su pasión por los videojuegos surgió a través de MicroHobby, una de las revistas españolas de mayor éxito entre los adolescentes aficionados a la informática y que se publicó en la década de los ochenta.
Tras ser «muy pesados” con sus padres, tal y como relata López, los dos jóvenes consiguieron hacerse con un Spectrum. De manera autodidacta, López trasladó al ordenador su habilidad para el dibujo, mientras que Puerto se dedicó a trastear con el código de los programas que venían publicados en la revistas de informática.
López recuerda que un amigo le comentó que conocía a otro chico que tenía un ordenador y programaba. “Cuando conocí a Ricardo estaba programando un videojuego. Lo que tenia era un personajillo que se movía de pantalla en pantalla y, a mí, me emocionaba». De ese modo, surgió el primer estudio vasco que se conocería con el nombre Zeus Software.
Cuando Raúl López y Ricardo Puerto comenzaron a trabajar en ‘Hundra’ tenían 14 y 16 años, respectivamente. “Hicimos una historia sencilla en el que la protagonista tenía que liberar a su padre que había sido secuestrado. Realmente, lo único que consistía el juego era llegar al final del mapa, como la gran mayoría de aquella época”, reconocen.
Los donostiarras tomaron como referencia los videojuegos con los que disfrutaban en su tiempo libre. Juegos clásicos como ‘Camelot Warriors’, ‘Abu Simbel Profanation’ y ‘The Sacred Armour of Antiriad’. «Nos fijábamos en los juegos e intentábamos descubrir cómo se hacían», afirman.
Acuerdo con Dinamic
Tras varios meses de trabajo los dos adolescentes elaboraron una primera versión de ‘Hundra’. Ricardo Puerto cuenta que «llegó un punto en el que el juego estaba muy avanzado y decidimos enviar lo que teníamos a Dinamic». «Grabamos una copia en una cinta de casete y la enviamos junto al mapa del juego dibujado a mano en papel cuadriculado y con indicaciones de cómo se lo tenían que pasar, y dónde tenían que tener cuidado. Lo metimos todo en un sobre y lo mandamos por correo», rememora.
Varios días después uno de los socios fundadores de Dinamic Software, Victor Ruiz, recibía el paquete en las oficinas que tenían en la Torre de Madrid. «Recuerdo que llegó y vimos que prácticamente no había que tocarlo. Estaba claro. Había que publicarlo», narra. Cogió el teléfono y llamó a casa de López para proponer a los dos donostiarras un acuerdo económico por sacar a la venta el videojuego vasco bajo el sello de Dinamic.
«A los días nos llamó Víctor. Recuerdo que después del instituto solía ir a casa de Raúl. Una de esas tardes él estaba hablando por teléfono, se dio media vuelta y me dijo entre muecas que era Víctor Ruiz. Me quedé blanco. Cuando colgó, Raúl me dijo que le había gustado mucho el juego y que nos lo iba a publicar si lo terminábamos. Ahí nos volvimos locos», afirma el programador de ‘Hundra’.
A partir de ese momento, los dos adolescentes decidieron abandonar sus estudios para centrarse en el desarrollo del videojuegos. «A mi madre casi le da un ataque», asegura el grafista. En casa de Puerto, tampoco gustó la decisión.
Desde Madrid, Víctor Ruiz puso en marcha la potente maquinaria de marketing de la que disponía Dinamic Software en aquella época. Para la portada del casete de ‘Hundra’ contrataron al dibujante aragonés Luis Royo, así como publicidad en las revistas MicroHobby y Micromanía.
El equipo de Zeus Software terminó el juego a finales de 1987. Sin embargo, no fue hasta el año siguiente cuando Dinamic Software lo puso en las tiendas a 875 pesetas en casete y 1.750 pesetas en formato disquete. Por aquel entonces, Ricardo Puerto tenía 17 años y Raúl López, 15. ‘Hundra’ se convirtió en el primer juego comercial vasco en distribuirse fuera de las fronteras españolas llegando a las tiendas de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido. Se publicó en ZX Spectrum 48K, MSX y Amstrad CPC.
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Fuente: Va De Retro (canal Youtube GameXploitation)
A día de hoy, Raúl López y Ricardo Puerto están totalmente desvinculados de los videojuegos. López trabaja en San Sebastián como montador y en labores de post producción de cine y vídeo, especialmente para cortometrajes y documentales. Recientemente ha participado en las películas ‘Lasa y Zabala’ y ‘Loreak’. Por su parte, Puerto es responsable técnico de una compañía de traducciones inglesa en Logroño.